El camino hacia la luz desde el ÁRbol de la Kábala:
En los cuentos vemos como “guardianes de la luz” a los dragones, las arañas, las madrastras, las/los malvados, las cavernas, los lugares oscuros y encerrados. Ser el Príncipe y “vencerlos”, es asimilarlos a nosotros mismos desde nuestro valor y desde nuestro impulso. Reconocerlos honestamente como parte nuestra, dominarlos desde el amor a uno mismo y la comprensión de su significado, es la espera de la Princesa en su Torre.
El maravilloso encuentro entre el príncipe y la princesa, el reconocimiento de que aquello que parecía horroroso no lo era, la paz de conocerse en cuerpo y alma, representa la unión de estas partes… Por eso el desenlace es: y vivieron felices para siempre…
En los cuentos vemos como “guardianes de la luz” a los dragones, las arañas, las madrastras, las/los malvados, las cavernas, los lugares oscuros y encerrados. Ser el Príncipe y “vencerlos”, es asimilarlos a nosotros mismos desde nuestro valor y desde nuestro impulso. Reconocerlos honestamente como parte nuestra, dominarlos desde el amor a uno mismo y la comprensión de su significado, es la espera de la Princesa en su Torre.
El maravilloso encuentro entre el príncipe y la princesa, el reconocimiento de que aquello que parecía horroroso no lo era, la paz de conocerse en cuerpo y alma, representa la unión de estas partes… Por eso el desenlace es: y vivieron felices para siempre…
Desde el Árbol de la Vida, el sendero que une a Malkuth (cuerpo) con Yesod (ego) se denomina “cabeza” y es el semblante físico de la imagen del ego.
Entre Hod (reverberación) y Netzaj (repetición) el sendero se llama “florecer y decaer” , por eso domina este sendero La Torre.
Entre Yesod y Tipheret (Belleza) el sendero de la Honestidad, iluminado por La Templanza, se denomina “el que está tendido a la espera": el que espera es la sombra, el “diablo” interno que trata de impedir que cuerpo, alma y espíritu lleguen “Al Gran Camino”. Este “diablo” toma los nombres de Lucifer (el que ilumina) o Satán (el que prueba), entre otros, y por el otro lado el Arcano La Muerte, amenaza a nuestro ego.
Pero el Gran Camino es el que une a Tipheret con Kether, pasando por Daat (el conocimiento oculto), y se denomina “espanto”. Aquí es donde es necesaria una tercera persona que nos ayude a transitarlo.
Cuando nos ponemos en nuestro rol de tarotistas, asumimos esa posición. Pero para que esta sea impecable, debemos transitar nosotros ese camino en primera instancia. No se puede iluminar ni ayudar si estamos en la oscuridad interna.
Entre Hod (reverberación) y Netzaj (repetición) el sendero se llama “florecer y decaer” , por eso domina este sendero La Torre.
Entre Yesod y Tipheret (Belleza) el sendero de la Honestidad, iluminado por La Templanza, se denomina “el que está tendido a la espera": el que espera es la sombra, el “diablo” interno que trata de impedir que cuerpo, alma y espíritu lleguen “Al Gran Camino”. Este “diablo” toma los nombres de Lucifer (el que ilumina) o Satán (el que prueba), entre otros, y por el otro lado el Arcano La Muerte, amenaza a nuestro ego.
Pero el Gran Camino es el que une a Tipheret con Kether, pasando por Daat (el conocimiento oculto), y se denomina “espanto”. Aquí es donde es necesaria una tercera persona que nos ayude a transitarlo.
Cuando nos ponemos en nuestro rol de tarotistas, asumimos esa posición. Pero para que esta sea impecable, debemos transitar nosotros ese camino en primera instancia. No se puede iluminar ni ayudar si estamos en la oscuridad interna.