25 nov 2010

ARCANOS MAYORES: El Loco, nuestro héroe interior, en momentos de crisis (por Maria)

El loco y nuestro héroe interior en tiempos de crisis
Un toque de locura vale más
que una triste neurosis.

Lacan, 1980
A menudo sentimos que “la realidad nos sobrepasa”. Estamos rodeados de noticias de crisis, enfermedades, calamidades, inseguridad… y ante  este negro panorama tímidamente susurramos nuestros propios problemas: económicos, de salud, pareja, hijos, etc.
Pero: es la REALIDAD la que nos trasmiten? Es nuestra realidad una carga tan pesada de llevar? Podemos verlo desde un punto de vista constructivo: todos somos héroes.  El héroe en la mitología era hijo de un Dios y de un mortal, y tenía una misión en la vida, una misión heroica: trascenderse. Nosotros, como seres que compartimos una parte física y una espiritual o divina, somos héroes por nacimiento y tenemos una misión: ser nosotros mismos, aprender todo lo que podamos en nuestras circunstancias, ser felices. Muchas disciplinas nos enseñan este camino: lo vemos en los mitos, en los cuentos de hadas, en la astrología, en el tarot. Y cada una nos enseña en su lenguaje, claves fundamentales para ponernos en marcha en este camino heroico, que nos permite ver la vida como una gran aventura y un gran aprendizaje.
Analizado a través del tarot, que más allá de uso adivinatorio es un libro de sabiduría que comprende todas las disciplinas, el camino comienza con el arcano “El Loco”. El Loco es la chispa primitiva, la primera fuerza, la curiosidad y el anhelo de explorar y experimentar. Lo rige el planeta Urano, un planeta de aire, que nos posibilita la libertad de pensamiento, el poder ver sin temor y sin prejuicios, con INOCENCIA.
Cómo podemos aplicar esto a nuestra vida diaria? En primer lugar rescatando el espíritu de aventura, de alegría y de juego que alguna vez tuvimos. El hecho de que haya crisis, enfermedades y peligros, no puede apagar esta chispa, porque aquello es, solamente, una parte de la realidad y nosotros somos toda nuestra posibilidad. Hemos venido al mundo a aprender y a cumplir una misión. Podemos hacerlo con miedos, llenos de pensamientos pesimistas, pensando que a cada momento algo terrible puede sucedernos? Simplemente, empecemos a vivir este día. Pongamos en nuestro horario un momento para jugar, reír, pintar, pasear, contemplar un paisaje, ser felices y asombrarnos. Hagamos una lista de las cosas terribles que ocurrieron en nuestra vida, y al lado, la enseñanza o el cambio que  cada una nos trajo. Comprendamos que no es lo mismo vivir un problema sumidos en el dolor y la desesperación, que tratar de verlo pensando: qué puedo aprender de esta experiencia? Cuando esto pase, sabré mucho más y seré más fuerte. El Loco nos llama a que pensemos también en todas las “aventuras, travesuras, locuras, genialidades” en nuestra vida. Cómo nos sentimos en esos momentos? Seguro que NOSOTROS MISMOS.

El Loco es el primer paso en el camino del héroe, porque es el héroe mismo que ha decidido pasar todas las experiencias para reencontrarse en un plano superior. Démonos un momento en el día para ser El Loco, pongamos manos a la obra para empezar a descubrir la clave del camino. Aliviemos las cargas y problemas de tal manera que entren en un solo “hatillo” como el que él lleva. Así habremos dado el primer paso para ayudarnos a encontrar el héroe que llevamos dentro.
Contactémonos con nuestro "niño interior", nuestro inocente, nuestro Loco y recordemos cómo, a través de la risa, el juego, el tiempo libre, la ausencia de prejuicios, hasta los problemas más duros de la infancia o de la adolescencia, podían sublimarse. Fíjate en los detalles más ínfimos de belleza que te regala la naturaleza. Hacé algo que tenías muchas ganas de hacer, y antes no te animabas.
¿Qué te sugiere la palabra Loco? ¿Qué aspectos de Locura puedes aceptar de tí mismo? ¿Puedes jugar, ensuciarte, reírte, experimentar, andar descalzo, relacionarte con los demás sin miedos ni prejuicios? Permítete ser El Loco por un momento... deja los miedos a un lado...y disfruta el Camino.

24 nov 2010

¿ Dar o recibir? por María

¿Dar o recibir?
El momento de prescindir del ego


La vida es un intercambio permanente. El dar y el recibir es tan natural como respirar, como el latir del corazón...
Pero no siempre es bueno dar... o siempre recibir





Los seis marcan en general un punto de equilibrio y encuentro con el Sí Mismo por pertenecer en la Kabbalah a Tipheret. Después del conflicto al que nos enfrentan los cinco por la pérdida de lo amado, el seis aparece como un espacio para la individualidad en su punto más alto. El Seis de Varas y el Seis de Copas muestran, indudablemente, ese punto. Pero el Seis de Pentáculos o de Oros, si se observa con atención, muestra un enigma para su completamiento.
En primer lugar podríamos preguntarnos cuando lo vemos: ¿Quién soy yo?, puesto que en la figura aparecen tres personas. Y desde aquí podemos comenzar a verlo desde diferentes vertientes: ¿son estas tres personas partes mías? O ¿me muestran en interacción profunda con otros?. Sea cual fuere el caso… ¿En qué rol estoy yo respecto de la imagen que veo?

Tratemos de descifrarla comenzando con el paisaje. Un cielo dorado – violáceo nos introduce en el aspecto de la sabiduría, nos está mostrando su importancia en el devenir de este Arcano. Las figuras se encuentran sobre un suelo trabajado por el hombre, es decir que el elemento Tierra de la carta nos conecta con lo social.
¿Quién es el personaje central? Después de la ceguera psíquica y el dolor de darse cuenta de lo que nunca se tuvo (el cinco de  Oros) se ha hecho el día:  los Pentáculos se han liberado de su prisión, y el guía que llevaba al Héroe por un sendero de sufrimiento, se ha convertido en un gran Señor, tal vez la imagen del Sí Mismo. En su mano derecha sostiene una balanza, es decir que por el momento, su actuar es profundamente pensado y equilibrado. De su mano izquierda, la de la sabiduría y la intuición, emergen siete monedas de oro, seguramente augurando el próximo arcano. El que las recibe, investido de una túnica dorada de sabiduría (que le ha costado mucho conseguir o que no es del todo propia de él por el zurcido que muestra), es el pobre niño del Arcano anterior, que se muestra ahora más crecido y que parece haber comprendido la lección del Cinco. Es por esto que recibe el próximo paso a seguir. 
El que está a la derecha, tiene a su costado las edificaciones del Carro, tal vez porque aún no se atrevió a salir del todo de su ambiente de protección y tiene aún por aprender. Su túnica el azul, símbolo del pensamiento activo, y está recibiendo lo que en este momento merece, aunque parece no haberse dado cuenta ya que extiende su mano y observa al dador. Pero queda aún encontrar la respuesta a la pregunta inicial: ¿Quién soy yo? Y la clave del “Éxito” (como la nombra Crowley) en esta carta será ser todos y cada uno de los personajes conservando la fluidez y el equilibrio. Entonces, frente a este Seis podremos preguntarnos:
¿Doy lo que quiero dar, y a quien corresponde? ¿Puedo dar sin hacer de ello un tema de poder? ¿Puedo sentirme humilde dando comprendiendo que soy sólo un vehículo de la abundancia del Universo? ¿Puedo decir no cuando lo siento así? ¿Puedo pedir ayuda y aceptarla? ¿Puedo dar o recibir sin sentirme obligado u obligar a otros a sentirse mis deudores? ¿Puedo comprender que tanto dar, como recibir, como perder, son solamente diferentes facetas de las que tenemos que aprender en la vida? ¿Aún cuando pierdo, puedo seguir adelante sin seguir “pegado” en la situación? ¿Tengo algún rol preferido respecto a la carta, y si es así, qué significa en mi vida perderlo?
Crowley tituló “´Éxito” al Seis de Oros, que tiene su correspondencia astrológica con la Luna en Tauro, es decir que la sensibilidad, la creatividad y la intuición serán partes importantes de este Éxito. Hay seis Discos (Oros) que pueden ser leídos en forma cruzada de la siguiente manera: Saturno – Luna; Venus – Marte; Júpiter – Mercurio y en el centro un mandala en forma de Rosa de Sabiduría. Los planetas se complementan con el que se enfrentan, y al formar un círculo nos dan la idea de una “Rueda” interna. Acción e impulso sin perder receptividad; sensibilidad sin caer en la sensiblería; rapidez y comunicación con gran profundidad. Para toda esta unión de opuestos, será muy importante aceptar las diversas posibilidades que nos va presentando la vida en cada momento. Tanto da ser Maestro, como ser discípulo, y qué Maestro sería aquel que nunca aceptó ser discípulo. Si no hubiera quien recibe, tampoco existiría el dador…
Seguramente podemos ver a través del Seis de Oros que el desap – ego es lo que nos permite vivir en calma y aprender de cada experiencia para llegar a reencontrarnos desde el lugar que nos toque.



Dice el Evangelio: “Dad y se les dará: una medida remecida, apretada, abundante pondrán en el halda de sus vestidos”. 


"Que no me empeñe tanto en ser consolado como en consolar,
en ser comprendido como en comprender,
en ser amado, como amar...
Porque es dando como se recibe, 
olvidándose como se encuentra,
perdonando como se alcanza el perdón,
muriendo como se resucita a la Vida"


 Francisco de Asís...