¿Dar o recibir?
El momento de prescindir del ego
La vida es un intercambio permanente. El dar y el recibir es tan natural como respirar, como el latir del corazón...
Pero no siempre es bueno dar... o siempre recibir
Los seis marcan en general un punto de equilibrio y encuentro con el Sí Mismo por pertenecer en la Kabbalah a Tipheret. Después del conflicto al que nos enfrentan los cinco por la pérdida de lo amado, el seis aparece como un espacio para la individualidad en su punto más alto. El Seis de Varas y el Seis de Copas muestran, indudablemente, ese punto. Pero el Seis de Pentáculos o de Oros, si se observa con atención, muestra un enigma para su completamiento.
El momento de prescindir del ego
La vida es un intercambio permanente. El dar y el recibir es tan natural como respirar, como el latir del corazón...
Pero no siempre es bueno dar... o siempre recibir
Los seis marcan en general un punto de equilibrio y encuentro con el Sí Mismo por pertenecer en la Kabbalah a Tipheret. Después del conflicto al que nos enfrentan los cinco por la pérdida de lo amado, el seis aparece como un espacio para la individualidad en su punto más alto. El Seis de Varas y el Seis de Copas muestran, indudablemente, ese punto. Pero el Seis de Pentáculos o de Oros, si se observa con atención, muestra un enigma para su completamiento.
En primer lugar podríamos preguntarnos cuando lo vemos: ¿Quién soy yo?, puesto que en la figura aparecen tres personas. Y desde aquí podemos comenzar a verlo desde diferentes vertientes: ¿son estas tres personas partes mías? O ¿me muestran en interacción profunda con otros?. Sea cual fuere el caso… ¿En qué rol estoy yo respecto de la imagen que veo?
Tratemos de descifrarla comenzando con el paisaje. Un cielo dorado – violáceo nos introduce en el aspecto de la sabiduría, nos está mostrando su importancia en el devenir de este Arcano. Las figuras se encuentran sobre un suelo trabajado por el hombre, es decir que el elemento Tierra de la carta nos conecta con lo social.
¿Quién es el personaje central? Después de la ceguera psíquica y el dolor de darse cuenta de lo que nunca se tuvo (el cinco de Oros) se ha hecho el día: los Pentáculos se han liberado de su prisión, y el guía que llevaba al Héroe por un sendero de sufrimiento, se ha convertido en un gran Señor, tal vez la imagen del Sí Mismo. En su mano derecha sostiene una balanza, es decir que por el momento, su actuar es profundamente pensado y equilibrado. De su mano izquierda, la de la sabiduría y la intuición, emergen siete monedas de oro, seguramente augurando el próximo arcano. El que las recibe, investido de una túnica dorada de sabiduría (que le ha costado mucho conseguir o que no es del todo propia de él por el zurcido que muestra), es el pobre niño del Arcano anterior, que se muestra ahora más crecido y que parece haber comprendido la lección del Cinco. Es por esto que recibe el próximo paso a seguir.
El que está a la derecha, tiene a su costado las edificaciones del Carro, tal vez porque aún no se atrevió a salir del todo de su ambiente de protección y tiene aún por aprender. Su túnica el azul, símbolo del pensamiento activo, y está recibiendo lo que en este momento merece, aunque parece no haberse dado cuenta ya que extiende su mano y observa al dador. Pero queda aún encontrar la respuesta a la pregunta inicial: ¿Quién soy yo? Y la clave del “Éxito” (como la nombra Crowley) en esta carta será ser todos y cada uno de los personajes conservando la fluidez y el equilibrio. Entonces, frente a este Seis podremos preguntarnos:
El que está a la derecha, tiene a su costado las edificaciones del Carro, tal vez porque aún no se atrevió a salir del todo de su ambiente de protección y tiene aún por aprender. Su túnica el azul, símbolo del pensamiento activo, y está recibiendo lo que en este momento merece, aunque parece no haberse dado cuenta ya que extiende su mano y observa al dador. Pero queda aún encontrar la respuesta a la pregunta inicial: ¿Quién soy yo? Y la clave del “Éxito” (como la nombra Crowley) en esta carta será ser todos y cada uno de los personajes conservando la fluidez y el equilibrio. Entonces, frente a este Seis podremos preguntarnos:
¿Doy lo que quiero dar, y a quien corresponde? ¿Puedo dar sin hacer de ello un tema de poder? ¿Puedo sentirme humilde dando comprendiendo que soy sólo un vehículo de la abundancia del Universo? ¿Puedo decir no cuando lo siento así? ¿Puedo pedir ayuda y aceptarla? ¿Puedo dar o recibir sin sentirme obligado u obligar a otros a sentirse mis deudores? ¿Puedo comprender que tanto dar, como recibir, como perder, son solamente diferentes facetas de las que tenemos que aprender en la vida? ¿Aún cuando pierdo, puedo seguir adelante sin seguir “pegado” en la situación? ¿Tengo algún rol preferido respecto a la carta, y si es así, qué significa en mi vida perderlo?
Crowley tituló “´Éxito” al Seis de Oros, que tiene su correspondencia astrológica con la Luna en Tauro, es decir que la sensibilidad, la creatividad y la intuición serán partes importantes de este Éxito. Hay seis Discos (Oros) que pueden ser leídos en forma cruzada de la siguiente manera: Saturno – Luna; Venus – Marte; Júpiter – Mercurio y en el centro un mandala en forma de Rosa de Sabiduría. Los planetas se complementan con el que se enfrentan, y al formar un círculo nos dan la idea de una “Rueda” interna. Acción e impulso sin perder receptividad; sensibilidad sin caer en la sensiblería; rapidez y comunicación con gran profundidad. Para toda esta unión de opuestos, será muy importante aceptar las diversas posibilidades que nos va presentando la vida en cada momento. Tanto da ser Maestro, como ser discípulo, y qué Maestro sería aquel que nunca aceptó ser discípulo. Si no hubiera quien recibe, tampoco existiría el dador…
Seguramente podemos ver a través del Seis de Oros que el desap – ego es lo que nos permite vivir en calma y aprender de cada experiencia para llegar a reencontrarnos desde el lugar que nos toque.
Dice el Evangelio: “Dad y se les dará: una medida remecida, apretada, abundante pondrán en el halda de sus vestidos”.
"Que no me empeñe tanto en ser consolado como en consolar,
en ser comprendido como en comprender,
en ser amado, como amar...
Porque es dando como se recibe,
olvidándose como se encuentra,
perdonando como se alcanza el perdón,
muriendo como se resucita a la Vida"
Francisco de Asís...
"Que no me empeñe tanto en ser consolado como en consolar,
en ser comprendido como en comprender,
en ser amado, como amar...
Porque es dando como se recibe,
olvidándose como se encuentra,
perdonando como se alcanza el perdón,
muriendo como se resucita a la Vida"
Francisco de Asís...
No hay comentarios:
Publicar un comentario