Desde el Tarot aprendemos que no hay nada absolutamente bueno ni absolutamente malo. Es el equilibrio que logramos a través de La Templanza (el Arte de perfeccionarnos) el que nos ayuda a quedarnos con la enseñanza positiva, que finalmente curará los daños. Ni la felicidad es eterna, ni es bueno aferrarse al dolor. La primera, si subsiste, nos llevará a la desidia, a la holgazanería interna y al miedo a perderla. El dolor nos hará amargados e inflexibles, creyéndonos superhéroes del sufrimiento.
Por eso, el Arte de crecer tiene su clave en el equilibrio y la verdadera Fuerza es la flexibilidad.
No podemos pretender hacernos sabios o perfectos en poco tiempo. El sendero de ascención dura toda la vida. Y cuando creemos serlo, seguramente caeremos en la "hybris": creyéndonos superiores (o superados), dejamos de aprender y de fluir, empezamos a ver que los demás no están a nuestra altura, y es ahí donde caemos.
Si buscamos el equilibrio, debemos aceptar el cambio y la mutación que nos lleva a la comprensión de nosotros mismos y de los otros. Si buscamos absolutos, probablemente alimentemos la sombra.
Sin receptividad y flexibilidad
la búsqueda de :
La excelencia esconderá la soberbia
Honor y gloria la avaricia
El Poder la crueldad
La Sabiduría la curiosidad
La Inocencia la estupidez
La Quietud la pereza
La Singularidad el egoísmo
El Valor la temeridad
Disfruta el camino, no te aferres a nada, confía en el proceso siendo minucioso observador de ti mismo. Absorbe el paisaje mientras transitas este camino con todos tus sentidos. Respira profundo.
" No renuncies a tus sueños. Recuerda que cuando no se consigue lo que se quiere, se sufre, y que cuando se consigue, también se sufre porque no puedes conservarlo para siempre. Tienes que rendirte ante lo que no tienes y nunca tendrás: el control. Acepta que no puedes controlar lo que te ha sucedido. Es el viaje el que aporta la felicidad, no el destino." de El Camino del Guerrero (película sobre la vida de Dan Millman)
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