30 oct 2012

Después de los 40: la edad dorada (por María)


LA EDAD DORADA
La sucesión de los años nos preocupa: porque sentimos que perdemos juventud, lozanía, oportunidades… Nos cuestionamos acerca de los objetivos que nos habíamos impuesto y no hemos logrado, o lo que esperábamos de esos objetivos y una vez logrados no los sentimos tan importantes.
En realidad, la llegada a los 40 años es una gran oportunidad. En las escuelas de sabiduría antigua no se permitía el ingreso de ningún discípulo hasta que cumpliera los 40. Sólo a partir de esa edad se los consideraba capaces de realizar un verdadero camino interno.
El número 4 significa la oportunidad de concretar. El 40 nos muestra una concreción más allá de lo material, la oportunidad de completarse, el momento de saber quién soy y qué quiero de la vida. Es por esto que a esta edad suelen sobrevenir acontecimientos muy fuertes, pérdidas o cambios muy importantes. Estos hechos son trascendentales para que nos podamos resolver internamente y alcancemos la estabilidad interna más allá de la externa, más allá de las circunstancias.
Por eso la llegada de los años a partir de esta edad, debería celebrarse como una oportunidad de madurez, de poder realizar los sueños que no pudimos cumplir, poder hacer lo que sentimos sin traicionar a nuestro interior. ¡Qué diferente viviríamos esta nueva etapa si pudiéramos sentir que cada año que pasa es un escalón hacia nuestra libertad interior y nuestro autodescubrimiento! Aquí es tiempo de conseguir nuestra belleza interior, de sacar nuestras arrugas del alma, de bajar todos esos kilos de obligaciones, prejuicios y estructuras internas que fueron necesarias en un momento, y que ya no lo son.
Cuanto más se haya trabajado en uno mismo, más fortaleza tendremos para abordar esta nueva etapa de siembra y podremos mirarnos en el espejo de la vida y darnos cuenta de todo lo que hicimos, de todos los miedos que hemos vencido, de lo valientes y valiosos que somos, y atrevernos a ser jóvenes en nuestro corazón. Podemos empezar a aprender a ser libres.
Es la mejor etapa para comenzar a realizar proyectos que nos lleven a crecer, que nos hagan sentir plenos y felices, que nos ayuden a comprender el mensaje que la Vida tiene para nosotros, para respondernos todas aquellas preguntas que dejamos olvidadas y hoy empiezan a ser tan importantes.
Recuerda que: “No se nos otorgará la libertad externa más que en la medida exacta en que hayamos sabido, en un momento determinado, desarrollar nuestra libertad interna”. (Ghandi)

LA LLAVE
Espacio interdisciplinario de autodescubrimiento
Facebook:  La Llave

10 oct 2012

Taller "El Mandala de la Flor Infinita"


TALLER TERAPÉUTICO DE MANDALAS DE LA LLAVE

Somos parte de algo más que nosotros mismos. El centro y el todo se repite en nuestra vida en cada respiración, en cada acto, en cada crisis o en cada expansión. Y los problemas o las tensiones surgen cuando la vivencia de este hecho es de división y no de integración.
Nuestra vida se despliega en un gran circuito, en donde cada etapa nos permite el salto a un brazo más alto de la espiral. Tomemos por ejemplo, la aproximación a los cuarenta años nos lleva a la reflexión e integración de todas las partes anteriores de nuestra vida con la necesidad de encontrar un nuevo lugar dentro y fuera de nosotros mismos: por eso, la llegada de esta edad está acompañada de grandes cambios, rupturas, decisiones que deberemos tomar antes o después y que marcarán el rumbo hacia una nueva dimensión de vida.
A estas vivencias, no escapa nuestro cuerpo, siempre cambiante a lo largo de la vida, y que a veces debemos integrar sin notar que es parte integral de nosotros.
Por esto, nuestra vida es un gran mandala. También nuestro año a lo largo de los cambios estacionales, y cada uno de nuestros días, que se inicia en el punto del despertar, se despliega en las horas solares, y se va replegando a nuevas dimensiones en la noche, como una metáfora de nuestra vida toda.
No poder vivir cada uno de los ciclos, desde el gran ciclo hasta el diario, en paz y comprendiéndonos parte de los grandes cambios, es lo que nos lleva a la ansiedad, a la depresión o a la tensión constante del estrés.




ACTIVIDADES EN NUESTRO TALLER TERAPÉUTICO DE MANDALAS

Nuestro Taller no pretende ser un espacio de dibujo, sino un despertar hacia nuestra totalidad para tomar una nueva consciencia a través de una serie de actividades que se vivirán como un mandala y de esta manera comprender el lenguaje del alma.
La creación de mandalas, la vivencia de escuchar nuestro cuerpo y nuestro interior, nos permitirá fluir incorporando el lenguaje inconsciente a la vida diaria, trascendiendo la sensación de dualidad. 
Se trabaja el dibujo como meditación, entendiendo además los sentidos, los sueños, los pensamientos, la naturaleza y nuestra realidad cotidiana, como un mandala.
Intentaremos sentirnos florecer y renacer en todas nuestras dimensiones a través de cada actividad, por lo que hemos nombrado este taller como “El Mandala de la flor infinita”.
HORARIOS DEL TALLER
El Taller se dicta en un total de ocho encuentros de dos horas una vez a la semana. 
“La primera noble verdad establece la característica sobresaliente de la situación humana, que es el sufrimiento y la frustración. Esta frustración tiene su origen en nuestra dificultad para enfrentarnos al hecho básico de la vida: que todo cuanto existe a nuestro alrededor es impermanente y transitorio. Todas las cosas aparecen y se desvanecen, y la idea de que el flujo y el cambio son los rasgos básicos de la naturaleza. El sufrimiento surge cada vez que nos oponemos al flujo de a vida e intentamos aferrarnos a formas fijas. “ Fritjof Capra

10 sept 2012

¿Quién soy? por María


¿Quién soy?
Es, tal vez, la pregunta más difícil de responder. Sin embargo, la respuesta es la que está más a mano. ¿Te atreves a responder esta pregunta?
¿Soy mujer u hombre, heterosexual, homosexual, espiritual, práctico, materialista, alto, gordo, morocho, rubio, rico, pobre, a favor de la libertad, conservador, dogmático, cristiano, judío, ateo…?
¿Y cómo te ven los demás? ¿Qué opinan de ti? ¿Qué hablan a tus espaldas? ¿Cómo te juzgan?¿Cómo te muestras?¿Cuál es tu pasado?¿Qué callas?¿Qué dices?¿Qué opinas en realidad?¿Qué quieres que piensen de ti?¿Qué te respondes cuando te preguntan “quién sos”?
Todo lo que marcaste anteriormente, y todas las respuestas a las preguntas anteriores, todo sumado, es, justamente, lo que no eres. Entonces, ya empiezas a tener una pista…
Sólo tú podrás conocer tu verdad, en la medida que vayan cayendo las respuestas anteriores, y cuánto más te juzguen y te desconozcan, te pregunten y te cuestionen, intenten destruirte o quieran llevarte con ellos y te resistas a todo esto que no tiene sentido, más cerca estás de conocerte tú mismo. Aquí comenzarás a comprender las palabras de Jesús: “conocerás la Verdad, y la verdad te hará libre”. Y llegará un momento en que te cuestionarás si el precio de conocerte es la soledad… y seguramente lo es.
Ahora figúrate que no existen las leyes de los hombres, que nada te frena. Imagínate que no hay recompensa ni castigo por ser quién eres o por hacer lo que quieres.
Vamos más lejos: ¿y si no hay Dios o vidas posteriores para saldar tus deudas o para obtener el premio por tus obras? ¿Si existe sólo el hoy, el aquí y el ahora, y nada más alto te observa o te juzga: quién serías? ¿Cambiarían tus objetivos, tus respuestas al entorno? ¿Podrías hacer lo que te tocara hacer sólo por amor y fidelidad a ti mismo?
Escondida bajo millones de capas que responden los cuestionamientos de tu entorno, y otros tantos que esconden el miedo de ser diferente, estás tú, está tu piedra única. Eres parte de un Todo indisoluble y eres un todo diferente a cada uno de los que te rodean.
Observa que cuanto más te esfuerzas en pulir esa piedra única que eres conociéndote, y cuanta más sinceridad haya hacia tú mismo, más resistencia sentirás a tu alrededor, porque tu fuerza hace que se rompa la ilusión también en tu entorno, y que obligues al resto a unirse a ti en la titánica tarea, o que se separen de ti.
Esta es la semilla del verdadero cambio. Y no te digo sólo del cambio individual que te llevará a la paz y a la completitud: te hablo del cambio que puede mover al Universo.
¿Te parece exagerado? Pequeños hombres, separados en distintas épocas, pudieron hacer cambios que repercutieron por cientos de años. ¿Y si ahora no es uno solo, si somos muchos, si somos cientos o miles… ?
Sin miedo a la incomprensión, sin miedo a la soledad o a la discriminación, sin miedo a lo que piensan los demás, intenta verte a ti mismo. No juzgues a nadie. No pienses al otro según tu pensar. Ve que cuando juzgas haces al otro en tu creencia tan limitado como tú. Busca  en cada uno la piedra perfecta, cree en la chispa divina de cada ser sin intentar aliarte con él, ni opinar sobre él, ni hablar, valorar, menospreciar, confundir nada en él. Frente al otro, sé tú y deja que el otro, simplemente sea. No desconfíes de cada acto de amor o gratitud que te ofrezcan, ni sufras por el desprecio o el odio que te muestren. Todos son máscaras. Y detrás de cada máscara, escondido, a veces olvidado, está Dios que llama.
Tal vez pase por tu lado el maestro, tal vez se te otorgue una y otra vez la posibilidad de ser y hacer aquello que tu Ser siempre ha anhelado… y muy probablemente lo dejes pasar… porque era hombre, o mujer, o tal vez morocho, o rubio, homosexual o heterosexual… ¡qué ceguera la de quien, teniendo ojos, no quiere ver y prefiere que le digan otros ciegos lo que ven! Como en el cuento de los tres ciegos y el elefante, la realidad tal vez pase delante de ti, y te digan que parecía otra cosa.
Si logras callar tus oídos y tus ojos ciegos, tu boca y tu pensar, ahí, a tu lado, muy  cerca de ti, donde nadie se arrima y todos señalan, donde todos juzgan y ninguno se atreve, encuentres tu respuesta.
No temas ser quien eres: ese es quien Dios conoce. No necesitas nada más.
Este es el descubrimiento de El Colgado.

26 jul 2012

El encuentro con La Fuerza: un encuentro con nosotros mismos, por María




Se dio cuenta de que estaba sola. Lo pasado quedó atrás, y en ese instante solo el silencio la acompañaba en el agreste paisaje lleno de hierbas y de piedras, de viento y de quietud. Era todo tan grande, tan imponente, que se sintió muy sola en el encierro de la inmensidad.

Lentamente comenzó a moverse, y ahí, cerca suyo, percibió la respiración de la bestia. Sus miradas se cruzaron, y la piel se le erizó de miedo. Y en la larga incertidumbre de su quietud, empezó a repasar quién era: ante sus ojos pasó su ira, y también su compasión, su debilidad y su fortaleza, su lujuria y su sensibilidad, su creatividad y su limitación. Pero tuvo paciencia consigo misma.
Con el tiempo, y lentamente, siempre seguida de los ojos de la bestia inmóvil, se atrevió a buscar cobijo y alimento, y poco a poco, el lugar agreste, se llenó de flores. Y llegaron las aves y las mariposas, el sol acarició la hierba y los insectos ansiosos de néctar y de calor sobrevolaron la vegetación y su cabello. Supo entonces, que el feroz animal también tenía ansias de ser
domesticado.
Con el paso de los días fue acercándose lentamente y le proveyó alimento. Pudo después acercar su mano temblorosa a su cabeza y entendió que la fiereza que mostraba escondía un corazón ansioso de ser comprendido.  Y cuando entendió que eran de la misma naturaleza, sintió un profundo amor por él.
Fue entonces cuando decidió llevar sus pasos al arroyo que cantaba cercano. Al llegar, sumergió sus manos en el agua cristalina y el espejo del lago le devolvió una imagen sobrecogedora: dorado, salvaje y orgulloso, dócil y hermoso, se reflejaba el rostro del león con su melena acariciada por el viento. Sobrepuesta a la imagen estaba también su rostro pálido, y comprendió que el león y ella eran ahora uno solo.

Se levantó y cubrió a la bestia con las flores que adornaban su cintura, suavemente se acercó a sus oídos y le susurró su canto, y sus manos confiadas tocaron sus fauces. Ella tenía la fuerza del león gracias a su trabajo paciente y sincero, él tenía su docilidad y dulzura gracias a que fue integrado y entendido.
He aquí la verdadera Fuerza: el trabajo paciente de descubrirse, la sabiduría de comprender que no somos sólo esa parte limitada y dura que mostramos a los demás, sino que en nuestro interior vive lo mejor, lo más profundo y lo que nos hace quienes somos. La Fuerza reside en poder transitar en paz los antagonismos y las contradicciones supuestas que conviven en nuestro interior, y al descubrirlas y recrearlas en algo bello, podemos conectarnos con los demás desde la mansedumbre y la apertura. En La Fuerza conviven la perseverancia y la verdad, la unión y la integración sabia de nuestro ser interior, la paz, la alegría y la belleza de la verdad al atrevernos a ser quienes somos.
La experiencia de La Fuerza nos permite recorrer cualquier camino con la convicción de que alguien muy poderoso nos cuida y nos ama permanentemente: ese león inefable, somos nosotros mismos.
Si eres dócil y flexible ante la vida, si no temes verte en tu interior y no juzgas a quienes tienes a tu alrededor, si puedes siempre volver a empezar con optimismo y paciencia, tienes La Fuerza.


15 jul 2012

La lectura de Tarot como camino de autoconocimiento



La lectura del Tarot es una oportunidad para ser sincero con uno mismo, desnudarse frente a la puerta que da a todas las dimensiones del presente absoluto. Es un momento de descubrimiento y movimiento, en donde nos encontramos con todo el espectro de nuestro ser en un momento en  que es posible parar el tiempo: necesitamos detenerlo todo y activarlo todo. Podemos ver el antes y el después mediante la pincelada que el Universo de nuestra propia creación, nos permite para el el descubrimiento más íntimo.
 En el momento de realizar una lectura de Tarot, se unen dos energías hacia un fin común. Se ha realizado el reconocimiento de que se tiene un problema, el consultante está dispuesto a colocar su conflicto más allá de sí mismo para comprender. Es ese instante  se formula la pregunta, y es el sí mismo o el Yo Superior de la persona que pregunta, el que elige ver las respuestas a lo que le sucede. El Tarotista solamente traduce desde un lugar imparcial lo que debe saberse. Se ha producido un hecho sincrónico: en ese instante, bajo estas determinadas circunstancias, dos almas se unen para visualizar lo que ocurre en la vida de la persona que pregunta, por qué ocurre y qué se debe aprender de esta situación.
Usado desde esta perspectiva, la lectura de Tarot es un instrumento que nos clarifica, nos “afina” nos coloca en el presente exacto y continuo de nuestro aprendizaje de una manera clara que se dirige desde lo más alto hacia nuestro interior. Es un espejo de nuestra realidad interior. Nos permite darnos cuenta que en todo lo que nos rodea, en todos nuestros actos y en los ajenos, hay un profundo significado espiritual. Podemos entender por qué las cosas son como son, por qué llegamos hasta este punto y hacia dónde debemos dirigirnos. Nos quedamos frente al resultado del libre albedrío de nuestro ser más íntimo.  
El Tarotista, entonces,  no es un “adivino”, no le interesan los hechos pasados de las personas o lo que les sucede a quienes no están presentes en este momento: es un guía que ilumina con su candil el camino del consultante y le muestra en qué lugar se encuentra y las posibles rutas a seguir. Y la persona que va a la lectura, debe estar consciente de que este es un momento de claridad indispensable para saber el significado de este momento y de su vida.
Una lectura de Tarot es un momento de profunda meditación y conexión con nuestro compromiso como seres completos, es un instante único para estar con nosotros mismos y encontrar las respuestas que no podemos alcanzar por otros medios. Por esto, el Tarotista debe tener un compromiso con su propia vida, debe saber desapegarse de sus prejuicios, ideas personales y ser un guía impecable, sin permitir que el Otro que tiene frente suyo, se corra de su propio eje, busque la causa de sus problemas en otros o desconozca que el proceso de crecimiento es sólo posible con una clara visión de sí mismo.
En el estudio y la lectura del Tarot se produce un diálogo sincero entre la intención y acción, los verdaderos sentimientos y las estructuras  para disponernos a tomar en nuestras manos nuestra misión en la existencia mediante los actos del presente.
El Tarot es una Llave. La puerta se abrirá sólo si estás dispuesto a conocerte.

1 jul 2012


TREINTA COSAS SIMPLES PARA MEJORAR TU MUNDO Y LAS RELACIONES DESDE NUESTRO PEQUEÑO LUGAR… TE ATREVES A HACERLO?
Por María



1-      Tus compañeros de vida están a tu lado por razones más importantes de lo que puedes saber. Aprende de ellos, y si eligen separarse en algún momento, agradéceles todo y déjalos hacer su camino
2-      Los libros son energía: compártelos siempre y deja que circulen con libertad
3-      No desesperes: nunca se pierde lo que es de uno. Si se perdió, no lo era
4-      Si algo desagradable pasó este día, seguramente te has librado de algo peor. Piénsalo
5-      Escucha a los demás con verdadero interés, pero no escuches críticas o comentarios sobre los demás. Y nunca los compartas: quémalos y aléjalos de ti como si fueran un tóxico peligroso.
6-      Mira a los ojos a las personas y cúbrelas de luz
7-      Cuando entres a un lugar, saluda desde tu corazón al Cristo interno de cada persona que se dirija a ti
8-      Canta en voz alta, canta siempre que puedas, bendice y agradece al sol y también a la lluvia
9-      Disfruta cada estación del año sabiendo que tu vida también florece, crece y  descansa en la espera y la siembra de lo que vendrá
10-   Ama y respeta a tus mascotas: son guías amorosos que te protegen en tu camino y sabes que darían la vida por ti sin dudarlo
11-   No temas decir “no”, tienes todo el derecho, pero dilo desde a calma y la decisión más profunda.
12-   Reconoce tus errores con humildad: esto hará que te ganes el respeto de quienes de verdad te aprecian
13-   Comprende los errores y esperanzas de los demás aunque te parezcan absurdos: cada quien debe hacer el camino a su manera
14-   Si alguien te hace daño, simplemente bendícelo en tu interior porque algo te está enseñando la vida, y déjalo ir.
15-   No gastes más de lo necesario, pero tómate la libertad de darte un gusto personal y regalártelo por ser tan especial
16-   Observa la fuerza y la determinación que has tenido para llegar a donde lo has hecho, sin poner energía en los errores cometidos o las supuestas “injusticias” que has recibido: admírate y sigue adelante
17-   No olvides que tu cuerpo es tu compañero de vida: cuídalo, ámalo, escúchalo. Es el más sabio consejero
18-   Si la emoción te invade, respira y date cuenta de que en ese momento no puedes pensar con claridad
19-   Usa con mucho cuidado la palabra “Amor”. Es una energía poderosa, y nunca puede estar mezclada con los celos, la hipocresía, la ira, la violencia, la falta de respeto ni la falta de libertad personal.
20-   Ten en cuenta que el silencio es más poderoso y coherente que las palabras vacías. Si vas a hablar, que tus palabras sean luminosas. Entonces no hables demasiado y guarda con integridad los secretos que te hayan confiado
21-   Aprende a perder para aprender a desapegarte
22-   Sé sincero contigo mismo… siempre
23-   Nunca actúes contra tu intuición
24-   Celebra y respeta a las mujeres: guardan el conocimiento y la verdad. Agradece y respeta a los hombres: guardan el vigor y la energía. Hombres y mujeres son el perfecto complemento que hacen el Todo, que hacen a Dios. Nunca generalices sobre ellos, busca lo mejor de cada uno y guárdalo en tu corazón. Eres parte de cada uno de ellos. Femenino y masculino son Uno.
25-   Encuentra lo mejor de las personas que te rodean y díselos. Es muy fácil ver los defectos en los demás, pero no conoces su sufrimiento. Busca las virtudes y resáltalas. Tú también tienes defectos y sabes que es muy difícil vivir con ellos.
26-   No mientas. Menos en las cosas que involucran el afecto. Te estás mintiendo a ti mismo.
27-   Aprende a estar solo, porque cuando aprendes a estar contigo mismo, puedes estar con los demás.
28-   Ten siempre flores frescas en tu casa para que te recuerden lo que significa dar sin esperar nada a cambio.
29-   Lo que pasó, olvídalo. Igual que limpias y ordenas una habitación y tiras lo viejo, acostumbra a tu mente a estar siempre limpia en el presente.
30-   Sé feliz: a eso has venido a la Tierra. No tienes excusas. Por más difícil que sea tu momento, tómate un minuto para ser feliz. La felicidad y el agradecimiento son la luz que equilibra el Amor Universal
¡Namasté!
¿Me acompañas a que lo hagamos desde hoy? Imagina los resultados si todos lo hicieran…

2 jun 2012


La Parábola del Hijo Pródigo:
El descubrimiento de quienes somos y la plenitud encontrada en la experiencia
Por María
                                                               
Posiblemente los peores errores de nuestra vida, son los que no cometemos


“Me levantaré, iré y le diré: Padre, he pecado contra el Cielo y contra ti, y no merezco ser llamado hijo tuyo”. Ese es el momento del milagro. En ese mismo instante, se quebró lo viejo y emergió el verdadero ser: “me levantaré”…
Para algunos, la parábola del hijo pródigo es desconcertante. El hijo rebelde, aventurero, derrochador, licencioso termina siendo premiado y celebrado por su regreso a casa, y el hijo servicial, trabajador, obediente siente que no tiene premio alguno.
Cuando tenemos estrechez de espíritu, la narración nos deja con mal sabor en la boca… Nos sentimos siendo ese “hijo bueno” de la vida que no obtiene los beneficios merecidos. Nos preguntamos de qué sirve llevar una vida rigurosa, si el premio lo obtienen los demás. Es que la respuesta, justamente, no está en el rigor. Tampoco en la ignorancia. No puedo comprender o juzgar a otro si yo no me he probado a mí mismo.
Mantener una vida sin tacha, es un valor indiscutible. Pero aquel que se ha quebrado en mil pedazos y se ha permitido rehacerse nuevo, con la sabiduría y la humildad necesarias, ha realizado un trabajo mucho más arduo y más profundo. Dijo Jung: “a veces hay que hacer algo imperdonable para seguir viviendo”.
El sentir que tenemos frente a esta parábola, también nos llama a reflexionar sobre la percepción y la vivencia que tenemos de Dios. ¿Es Dios esa figura paternal que juzga intransigentemente y que no permite la experiencia del ser? Tal vez ese Dios se parezca más a cómo somos como personas con nuestras limitaciones y defectos, que al Dios del Amor Infinito.

Cada quien va eligiendo su camino a medida que avanza. Quien no camina, quien no se arriesga, quien no se cansa o se ensucia con el polvo del camino, se quema con el sol o tirita con el frío, y en cambio, se queda bien abrigado en su pequeño rinconcito, no llega a ver desde las cimas más altas de la consciencia. Y, quienes nunca se atrevieron a cambiar observan desde ese pequeño rincón, o juzgan a quienes, polvorientos, pasan por el sendero, es un acto de soberbia y de desconocimiento. Hay que tener más valor para perderse y encontrar el camino de regreso, que para nunca irse del hogar.
El hijo pródigo finalmente vuelve… ¿pero vuelve al mismo lugar en estuvo?
He aquí una gran enseñanza dentro de la enseñanza: el lugar espiritual a donde vuelve es totalmente diferente. Su hogar ha cambiado porque él ha cambiado. Por eso cambia su estatus. Porque ya no es el mismo, ha crecido, ha cambiado, ha aprendido, y su último gesto de humildad es el que nos muestra que ahora su lugar y su espacio en él, es diferente.
De esta manera, su padre – nuestro Padre- lo festeja, lo inviste con “ropa nueva” y le regala “un anillo”. Quien fue el joven hijo, ahora es el Hombre Completo. Y como tal, con su nueva investidura, toma una nueva “alianza” con su vida. Aprendió a ser dueño de sus actos mediante el error y el dolor, y sabe que puede decidir, y aún equivocarse para poder rectificarse y conocerse a sí mismo.
En cambio su hermano, con el que a veces nos identificamos como “hijos fieles”, se quedó en el estadio de la inmadurez. Es verdad, nunca se alejó: pero tampoco creció o cambió en nada. En realidad siempre estuvo lejos de su verdadero ser. Por miedo o comodidad, se quedó con lo viejo, mientras su hermano, que se alejó del camino, hizo un propio camino de crecimiento, y hoy, está lejos, está a mayor altura. Aún bajo el mismo Padre, uno creció, se transformó y se hizo dueño de su propia vida; el otro simplemente se apegó a lo viejo, por eso no obtuvo nada nuevo, no obtuvo su “premio”.
Dos caminos diferentes: pero en ambos el objetivo debe ser el crecimiento y el cambio. Para eso estamos en la vida. Ni aún quedándonos como hijos fieles, podemos dejar de crecer y cambiar. Debemos ver y vernos. Y si hemos elegido el camino de andar por nosotros mismos, con nuestros propios pies y decisiones, nunca dejamos de ser Hijos amados. El Padre está a la espera y sea el que sea el camino que elegimos, si lo hacemos con la humildad suficiente para ver nuestros errores y transformarlos en virtudes, estamos en el verdadero hogar interior: estamos con el Padre verdadero porque estamos en el centro de nuestro ser.
Entonces … ¿Te atreves a ir por el camino de ser tú mismo?

24 may 2012


Sin control

por María


Nuestro mayor sufrimiento está en la necesidad de poseer el control. La creencia de que tenemos el control es el peor error, y el peor dolor. Tener la ilusión de mantenerlo a toda costa, nos agota, nos confunde y en cuanto antes nos demos cuenta de ello, más posibilidades de recuperar nuestro verdadero poder adquiriremos.
Porque el verdadero poder consiste en reconocer el poder en nosotros mismos y que reside en  nuestro interior y en la confianza y conexión con el universo. ¿Pero cómo abandonar el control – de lo que no controlamos aunque creamos- y dejarnos traspasar por una voluntad o mandato que está más allá de nosotros mismos y que nos puede resultar en sufrimiento?

El poder es nuestra cualidad intrínseca. Pero reconocerlo, nos da terror, porque implica seguir con la tumultuosa corriente de la vida, traiga lo que traiga, deslizarse en ella y ver a dónde nos lleva, a sabiendas de que ese lugar a donde lleguemos, es el correcto.
El control, en cambio, nunca es nuestro. Y cuando tratamos de que lo sea, lo único que generamos es karma, porque movemos, sin el poder verdadero que viene de nuestro centro, a todo aquello que es débil, que no tiene dirección, que no sabe hacia dónde se dirige y , falto de su poder, necesita un falso timón que lo guíe.
Nuestro control es hacia cosas muy pequeñas, y aún así, ejerciéndolo, atraemos una poderosa fuerza contraria que tarde o temprano, jugará en nuestra contra. Podemos controlar nuestro apetito, pero en algún momento tendremos la necesidad de atiborrarnos con comida. Podemos controlar la respiración por un corto tiempo, pero luego necesitaremos llenarnos con desesperación los pulmones de aire.
El poder es algo muy diferente, porque el  poder requiere conocimiento y consciencia sobre nosotros mismos. Tenemos el poder de hacer de nuestra vida algo único, que cambie y repare el destino de muchos. Pero no tenemos el control sobre nadie. Tenemos el poder de hacer una creación artística, pero no tenemos el control sobre la inspiración.
La etimología de la palabra poder nos lleva a: amo, dueño. Un verbo que vendría a traducirse como “ser posible” o “ser capaz de”… pero a veces nos sentimos muy cansados para creernos capaces y tenemos ganas de que las cosas nos sucedan de una manera mágica y maravillosa.
El camino espiritual se nos hace arduo. Y es así porque algunas veces, y más allá de todos los ejercicios que hagamos, queremos el control: la “varita mágica”.
En la maravillosa obra El Señor de los Anillos, el anillo “de poder” no simboliza el poder en sí mismo, simboliza el control. El poder que subyace es el que permite a algunos elegidos adueñarse de él para tirarlo al abismo. Frodo tiene el poder interno necesario para hacer este trabajo imposible para un humano (el hombre corrompido por la necesidad de control) pero posible para un hobbit (el inocente – el niño interior).
Según la Kábalah, un grupo de elegidos, está destinado a restaurar el equilibrio Universal. Ese Gran Trabajo, lo llama la Tikkum. Y siendo, desde nuestro lugar en el Árbol de la Vida, representantes del hombre perfecto, cada uno de nosotros tiene el poder de restaurar y perfeccionar la creación: ese es nuestro rol de dioses  o héroes – hijos de Dios. Mal podríamos hacerlo desde el control. De hecho, las grandes aberraciones históricas, las guerras y genocidios se hicieron desde el control. Y fue el poder de seres humanos verdaderos el que restituyó el equilibrio y el orden cada vez.
Alguien podría argumentar: tengo el control sobre la vida o la muerte. Pero si lo vemos desde el orden Divino, si hay espíritu, no hay vida o muerte, y nadie, solo uno mismo, puede tener el poder sobre su propia alma.
¿Sabes dónde está la verdadera libertad? En que puedas hacer lo que se debe, aquello para lo cual has sido llamado, porque el mayor deber y compromiso es con nuestra alma y nuestro destino final.
Es muy claro cuando sentimos “no puedo hacer esto o aquello”… no decimos “no tengo el control” Porque sabemos que el control no es, en un destino de cambio, una herramienta lícita. Estamos reconociendo que, por un momento, hemos renunciado al poder.
El poder anula el miedo, el control lo esconde. No puedes controlar la alegría o la tristeza: las dos son sólo un punto de vista. No puedes controlar el dolor o el placer, podrás taparlo o promoverlo: ambos son sólo un punto de tu flexibilidad
No hace falta controlar la elección: la decisión ya fue tomada. Sólo debes escuchar porque no hay silencio o palabras: solo estás tú con tu poder. Porque no hay llenos o vacíos: solo está Dios.
Yo tengo el poder sobre mí, y por ello puedo hacer de mí la obra más excelsa, que no depende de otros, sólo de mi decisión. Cuando necesito el control, estoy involucrando a otras personas, y quiero de ellas el cumplimiento de mis deseos.
Puedo tocar hoy mi mejor melodía y pensar que, igual que la música es infinita, mi poder de  amar y transformar el mundo, también lo es. Podemos ser aún los amos de nuestra vida.

Desde la noche que sobre mí se cierne,
negra como su insondable abismo,
agradezco a los dioses si existen,
por mi alma invicta.
Caído en las garras de la circunstancia,
nadie me vio llorar ni pestañear.
Bajo los golpes del destino,
mi cabeza ensangrentada sigue erguida.
Más allá de este lugar de lágrimas e ira
yacen los horrores de la sombra,
pero la amenaza de los años,
me encuentra, y me encontrará, sin miedo.
No importa cuán estrecho sea el camino,
cuán cargada de castigo la sentencia.
Soy el amo de mi destino;
soy el capitán de mi alma.


Curso: Introducción a la Kabalah



La palabra hebrea Kabalah significa “recibir”.
Este “recibir” se puede interpretar como un conocimiento que viene directamente desde el Cielo o lo que se recibe a través del aprendizaje de las enseñanzas que se reciben desde el conocimiento más antiguo de la humanidad.
Nuestro curso pretende que cada uno de los que vienen, puedan responder algunas preguntas interiores propias a través de este antiguo saber basándonos en el Árbol de la Vida: poder entender desde la Kabalah qué nos pasa en determinada etapa, por qué y qué significado tiene en nuestra vida; quiénes somos y qué tenemos que aprender; cuál es nuestro verdadero llamado.
El Árbol de la Kabalah representa el macrocosmos y el microcosmos, y su interacción. Desde su estudio podemos conocernos más profundamente, y encontrar las respuestas necesarias para crecer en nuestro interior.
El curso se dicta quincenalmente en diez encuentros de tres horas de duración. Es teórico – práctico, pues partimos de las experiencias individuales para llegar a la comprensión de significados más profundos.


1 may 2012



CURSO DE TAROT VIVENCIAL


El Tarot para nosotros:

Cada carta del Tarot (Arcano) es un profundo espejo del espíritu y de la vida misma. Nos da respuestas e interrogantes motivadores para nuestro camino espiritual. Es un libro infinito de sabiduría en el que nos leemos nosotros mismos, y nos conecta con la sabiduría superior por lo cual este estudio que nos lleva al crecimiento personal.
Cada uno de los Arcanos del Tarot es visto a partir de la vida y de la experiencia de cada alumno, encontrando su sentido, enseñanza y significación individual, psicológica y social, en otras palabras, nuestro aprendizaje de vida, y la posibilidad de facilitar este camino a los demás.  
En cada carta se unen conocimientos de Astrología, Kabbalah, Numerología, Simbolismo y Mitología, y agotamos cada uno de estos aspectos. Pero no nos quedamos solamente en el conocimiento intelectual del Tarot: a través del Yoga, la meditación, la respiración, mediante el módulo  “Cartografía del Alma”, exploramos nuestra propia corporalidad, la integración cuerpo – mente – espíritu, y la importancia de este equilibrio en cada una de las cartas, es decir, en cada escalón de nuestra vida.


Lectura del Tarot:
“Conócete a ti mismo” (grabado del Oráculo de Delfos)
La lectura del Tarot es visión profunda del presente, con sus causas y consecuencias,  que busca respuestas desde las profundidades del Sí Mismo. El Tarot no es adivinación, es sabiduría. Por ello, abordamos la complejidad de la lectura desde las primeras clases, primero aprendiendo con uno mismo, para después ayudar a quienes tienen inquietudes diarias y espirituales que resolver.
Cada lectura es un fenómeno único y sincrónico, posible de ser leído desde lo más cotidiano, hasta las necesidades más recónditas  del alma. Por eso, quien estudia el Tarot, entra en un camino de autoconocimiento y de maestría permanente. El estudio del Tarot no se agota jamás, pero desde La Llave, intentamos acercarnos a él de la manera más holística y profunda posible, con el respeto que debe el lector de Tarot a cada uno de sus consultantes, con el respeto que cada uno debemos enfrentar día a día el camino de la experiencia y el conocimiento superior.



Nuestras clases:
Nuestras clases son quincenales, de cuatro horas cada una de ellas, y trabajamos con un grupo no mayor a seis personas. Estudiamos el Tarot de Waite, el Tarot de Crowley y el Marsellés.
Cada clase consta de una parte de Estudio del Tarot y otra de Cartografía del Alma, en la cual se le entrega el material de estudio a cada uno de nuestros alumnos para que pueda trabajar durante la quincena.

Información y preguntas sobre fechas de inscripción y horarios: Face La Llave



18 abr 2012

El Juicio, por María


 ¿Cuánto me importa cómo me juzguen los demás?
Vivimos en un mundo de apariencias. Hablamos, reímos, nos vestimos y hasta fingimos u opinamos teniendo en cuenta el juicio de los demás hacia nosotros. Nos juzgan por el cuerpo, por la moda, por nuestros gustos o nuestros aciertos, por nuestras obras o por si pensamos de una manera diferente a la mayoría, por aquello que hicimos, o por lo que dejamos de hacer.
La mirada burlona, el gesto acusador o la palabra cruel, nos duelen más que nuestro propio juicio. O aún peor: terminamos juzgándonos según nos ven los demás.
¿Cuántas cosas hemos ocultado en nuestra vida por miedo a la opinión de los otros? ¡Y a qué costo! La sombra del dedo acusador, a veces real y otras, imaginado, se suma a nuestra propia sombra y caminamos agobiados o camuflados para recibir una migaja de aceptación. Nuestros actos son minuciosamente observados por personajes aleatorios que poco conocen de nuestra verdad. Y podemos llegar al punto en que ni nosotros mismos podemos distinguir nuestra verdad de la ajena.
Así vamos construyendo una vida sobre la base de la culpa, la no aceptación, la verdad encubierta y el miedo a nosotros mismos.

¿Pero quién es el dueño de la Verdad?
“No juzgues, si no quieres ser juzgado”… La palabra del Evangelio es taxativa y clara, pero pocas veces recordada. Y el pecado más grande termina siendo cómo nos juzgamos cuando nos medimos por parámetros externos, ajenos y variables, sin sabiduría. Edipo, aún después de haber cumplido su más cruel y deshonroso destino, ciego y exiliado, reflexiona: "Juzgo que todo está bien".

El penúltimo Arcano del Tarot es El Juicio. En él las figuras están desnudas, despojadas de todo ropaje que las oculte y emergen jubilosas de la oscuridad de sus sarcófagos. En este punto la carta nos da muestra de la aceptación total de quiénes somos y del regocijo de salir a la luz de nuestras propias experiencias. Un ángel de cabello de fuego hace sonar su melodía, y sobre su instrumento flamea una bandera (el triunfo en la batalla) con una gran cruz: las encrucijadas han terminado, y con ellas las divisiones internas y externas. Los personajes no se miran entre sí, observan un Cielo en común, porque es la energía más alta el común denominador de los seres humanos. Es en el espíritu y el anhelo de la búsqueda más allá de la apariencia en donde está el factor común entre todos los hombres.
Detrás del mar, el fin del viaje, blancas montañas de nevadas alturas enmarcan el horizonte. Se ha llegado al punto más alto del ser, a la cúspide del camino que El Loco se aventuró a recorrer.
Ya no hay miedo. Todo ha sido limpiado. Cada uno es quien debe ser. La unión es el Cielo y la Verdad. La paradoja es que la carta El Juicio nos enseña el fin de los juicios humanos y el principio de ser quienes realmente vinimos a ser.

Cuando juzgamos al otro, intentamos sumergirlo en nuestra propia oscuridad. Cuando nos juzgamos a nosotros mismos, nos incapacitamos para seguir nuestro camino. Cuando actuamos o mentimos por evitar el juicio de los otros, matamos el espíritu de libre albedrío que nos dio vida.
Cada quien vive su Cielo y su Infierno. Y nunca seremos capaces de saber con certeza por qué cada uno ha obrado como lo ha hecho.
Puedes poner un poco más de paz en tu vida y en el mundo. Puedes hacer que alumbre más tu chispa divina y permitir que cada uno sea y se exprese con su mejor belleza. Si eres de los que se pregunta cómo mejorar el mundo, empieza tú: no juzgues.

26 mar 2012

La Belleza de la Despedida por María

Acostumbramos a pensar nuestra vida en grandes procesos: la infancia, la adolescencia, la juventud, la adultez, la vejez… cuando tenga 20 o cumpla los 40… Cuando me case, cuando mis hijos crezcan… cuando me reciba… cuando consiga trabajo…
Sin embargo, son los pequeños procesos diarios los que nos van modelando el carácter, las creencias y la  forma de ver las cosas, cómo vivimos y asumimos los pequeños desafíos en cada momento.

Sin duda, el mejor libro de sabiduría lo da la Naturaleza, porque vive estos procesos, ya sean los de las horas, los estacionales y los de los años con dos ingredientes fundamentales: Belleza y Dignidad. 
En la Naturaleza, la belleza no es sinónimo de juventud. La belleza es integridad. Nadie puede negar la belleza de un árbol añoso, lleno de ramas retorcidas, de nidos, de pájaros y frutos, de años de silencio y observación. De igual forma, los procesos de muerte y resurrección de la Tierra, están llenos de estas dos cualidades. Si bien nos emociona la primavera y el renacimiento de la vida, no es menos hermoso el otoño: la despedida de las hojas que cambian sus colores y danzan en el viento, que nos perfuman y hacen nuestro caminar más callado, está llena de grandeza. De la misma forma, nuestras despedidas a los procesos que nos tocan vivir, podrían estar llenos de la magnificencia calma del otoño, de la aceptación  de los árboles que se prestan a un nuevo ciclo, de la tierra que se prepara a cobijar el manto amarillo y transformarlo en alimento interior.
El agradecimiento al proceso vivido, sea de felicidad o de dolor, pero vivido con aprendizaje, cambiaría nuestra forma de ver lo que viene. De la misma forma que el pájaro canta después de la tormenta que arrasó su nido, podemos cantar con nuestra alma despidiendo lo que fue, y recibiendo lo que viene.

¿Cómo podemos gozar con los brazos abiertos de lo que la vida nos traerá, si miramos con dolor o rencor aquello que estaba destinado a perderse? La mariposa despliega sus alas entre las flores, y no llora la brevedad de su vida.
La Naturaleza se renueva constantemente. Se renueva aún en la muerte o en la despedida, y siempre lo hace con belleza suprema. Aún en mitad del invierno helado, las ramas desnudas conservan la calma de la espera, y nos enternece y emociona ver una pequeña flor que nace en medio del paisaje helado.
No siempre es primavera, ni es glorioso verano. Pero es innegable la hermosura austera del invierno, o el excelso dorado del otoño.
¿Qué proceso reconoces que ya ha terminado en tu vida? ¿Qué momento de felicidad o de sabiduría atesoras de él? ¿Puedes dar las gracias, o el perdón, y despedirte sin mirar atrás? ¿Puedes volver a vivir sin desconfiar en el fluir de la vida? ¿Puedes volver a amar sin amargura?
Observa a tu alrededor… Cada pequeño ser, vive intensamente cada minuto sin olvidar la gloria que lo rodea. Tú eres mucho más fuerte y más sabio. Siempre puedes empezar de nuevo con la alegría de quien se enriqueció con lo aprendido.

5 mar 2012

El Viaje, por María

Muchas veces escuchamos que la vida es un viaje… pero vamos a hablar de los pequeños viajes que hacen El Gran Viaje. Esos hitos que nos obligan, queramos o no,  a empezar de nuevo.

El Tarot también es un viaje de profundidad. Y el Seis de Espadas nos propone el Viaje del Alma, el viaje que nos llevará a la sabiduría. Por ello, no es un viaje fácil, pero la llegada a nuevas tierras, más altas, más perfectas y plenas, es segura.
Una pérdida, una muerte, un divorcio, un fracaso económico, una gran depresión o enfermedad, son hechos que nos invitan a un replanteo de la existencia. De hecho, esos eventos existen en la vida de todo ser humano para crecer.
En la barca silenciosa tres personas emprenden un viaje, sin mirar atrás. Nuevos horizontes de sabiduría se alzan al frente. La mujer, el ánima – lo femenino, receptivo- viste de dorado, representando la sabiduría. El hombre, el ánimus – lo masculino, activo- viste con rojo mostrando el impulso para ir más adelante y sostiene una pértiga en su mano- “toca fondo” para impulsar la barca. Un niño – la imagen de lo nuevo- completa la tríada, la síntesis, lo que ha nacido a través de la pérdida. Y lo más llamativo: seis espadas clavadas en la barca. Seis espadas que nos indican que el dolor de la experiencia es lo que mantendrá la nave a flote. Seis espadas destinadas a ser experiencia y sabiduría.

El problema consistirá en qué hacer con las espadas una vez que lleguemos a tierra firme… lo que se transformó en sabiduría, no puede hacerlo ahora en recuerdos, apegos, en miedo, en pensamientos recurrentes. Generalmente aceptamos hacer el viaje, aceptamos que la experiencia nos dejó algo positivo, pero surgen las preguntas internas … ¿y si no hubiera hecho esto, o aquello…? ¿y si no hubiera dicho o aceptado…? ¿y si…?HE AQUÍ EL GRAN DESAFÍO: no volver la vista atrás reviviendo actos hechos. En la Biblia, la mujer de Lot se convierte en estatua de sal por mirar la destrucción. En el mito griego, Orfeo pierde a su amor Eurídice por dar vuelta su mirada hacia ella cuando la regresaba al mundo de los vivos.

Saber que la experiencia vivida fue necesaria, perdonarse y comprenderse, entender que es a través de lo que creemos un error, es como surgen las grandes ideas y soluciones, es la clave.

Fluir en esas nuevas aguas calmas, apreciar el paisaje que viene por delante, volver a reír, guardar energías para emprender lo nuevo, verdadera comprensión de los hechos y visión hacia el nuevo presente, hacen de esta carta UN PORTAL. Y no bastará con atravesar la puerta: debemos hacerlo limpios de pensamientos inútiles, vestir ropajes nuevos de esperanza y sentir poco a poco, que vuelve la pasión por la vida, y que las experiencias son sólo eso: experiencias, que no hay malas ni buenas, sólo peldaños para llegar a conocer la belleza de nuestro interior.


30 ene 2012

Entropía, por María





La entropía es “una propiedad intrínseca de la materia  caracterizada porque su valor se incrementa al crecer la ineficacia de la energía total del sistema”.  
También puede resumirse (según Joaquín Rojas Diéguez)  como :  una medida del desorden de un sistema.


Seguramente se preguntarán ¿Qué tengo que ver yo con la entropía”… Si releemos su definición, y nos basamos en su etimología (La palabra entropía procede del griego (ἐντροπία) y significa evolución o transformación) Entonces … nuestra vida tiene mucho que ver con la entropía.

Más allá de ser una ley que se aplica básicamente a la termodinámica, es una ley que se aplica a nuestras experiencias. De alguna manera nos explica cómo salimos adelante cuando tocamos fondo. Nos explica cómo encontrar la paz, en el desorden o la incomprensión de lo que nos pasa.

Tal vez, podríamos decir que la entropía es la que nos permite encontrar el equilibrio en medio del caos. Lo más interesante es que la entropía es una ley que“no puede utilizarse para producir trabajo ”, porque es la que determina el cambio en el momento en que nada puede hacerse, o la que determina la quietud cuando todo puede hacerse
En otras palabras, el cambio no siempre está ligado al “trabajo” externo. Más bien está ligado a la búsqueda de la Templanza.

En el Tarot, la Templanza es llamada “El Arte”, en el sentido del arte de encontrarse y hacerse a uno mismo desde lo que se tiene,  para lograr lo más exquisito.
Si lo vemos desde el afuera, ¡cuántas veces nos hemos admirado de los que hicieron a partir de la nada… de la pobreza, el dolor, la enfermedad, la soledad, o del desapego!.
Si lo vemos desde nuestra vida, sería el momento de admirarnos cuando en medio de una gran crisis o una gran pérdida, encontramos lo mejor de nosotros mismos, y entendemos que es posible seguir adelante, y nos admiramos de nuestro valor. ¿Has podido verte como en un espejo, y valorarte por lo que has logrado desde tus experiencias más dolorosas?
En síntesis, para lo espiritual, la entropía sería la decisión de seguir adelante desde un lugar más alto.
Para los que están ligados a la educación, un término similar que se conoce, es el de resiliencia. Este término viene del latín y significa “volver hacia atrás, volver saltando”. Aunque el término no nos parezca familiar, vemos la resiliencia en muchos grandes hombres y mujeres: Mozart, Leonardo da Vinci, San Francisco de Asís, y así infinitamente. La resiliencia es la cualidad que permite hacer del sufrimiento personal, un verdadero aprendizaje y un desafío. La resiliencia es renacer de las propias cenizas.
Veamos todo lo dicho desde un punto enaltecedor: cada uno  de los problemas que enfrentamos en nuestra vida, cada uno de los fracasos, cada experiencia del pasado que ha sido dolorosa, ha sido creada exquisitamente, sabiamente, para que logremos ser lo más excelso, lo más perfecto: para que seamos un ejemplo de fortaleza.
Entropía, o la búsqueda del equilibrio, resiliencia, o el salto hacia más allá de lo pasado, nos convierte en artistas de nosotros mismos, en guerreros del espíritu, en verdaderas personas completas que no estamos dispuestas a desperdiciar ni un segundo de nuestra vida. Estamos siempre dispuestas a crecer, a disfrutar, a ver, a saber, a profundizar, a encontrarnos a nosotros mismos, a pesar de los obstáculos...gracias a ellos...
En palabras de Amado Nervo, cada uno de nosotros puede ser: “ Artifex vitae sui” o Artesano de la vida, Artesano de sí mismo…
Y tal vez, como él, podamos decirnos algún día…

En paz…
O tal vez más: tal vez nos hayamos encontrado a nosotros mismos. Eso es el significado profundo de la Alquimia.



"Aunque nada pueda devolver
el esplendor del césped
o la gloria de una flor
no vamos a sufrir,
mas bien buscaremos fuerzas
en lo que tenemos"





13 ene 2012

El Gran Trabajo por María

El Gran Trabajo en el Pequeño Trabajo ( por María) 



Sísifo fue condenado por los dioses. Por algunas causas, justamente, por otras no tanto. Pero básicamente fue condenado por su pasión por la vida. Más allá de las normas y las creencias, Sísifo, enamorado de la aventura de vivir, las trascendías todas,  convencido de su propia justicia.
Por todo lo hecho, y más que nada por trasgredir las ordenanzas de los dioses, su condena fue brutal: debía arrastrar una pesada roca hasta la cima de la montaña, día tras día, por toda la eternidad.

Con todas sus fuerzas, sus manos palpaban la piedra gigante, y lentamente la llevaba hasta lo más alto del monte, desde donde, inexorable, la roca rodaba hasta el llano. Y nuevamente empezaba su obra. ¿Cómo poder soportar tan cruel destino?

El mito de Sísifo es un espejo  de nuestra realidad. A veces sentimos que nuestra vida trascurre de la misma manera… las horas pasan, nos levantamos y presas de la rutina, hacemos nuestro trabajo para volver nuevamente al mismo punto. Tal vez muchos persigan en él la riqueza o el lujo,  fantaseando que una vez conseguidos, la vida será diferente. Pero aún en la opulencia hay rutina y hartazgo.

Podemos pensar en la peor visión del mito… la condena al permanente retorno… Pero si cambiamos la visión, el relato nos deja la clave del gran trabajo dentro del pequeño trabajo. Gracias a su pasión, Sísifo encontró en la piedra la llave de la sabiduría. Cada grano que componía el objeto, fue parte suya. Sus toscas manos se acostumbraron a la aspereza y a la tersura de la piedra, hizo de ella su compañera de ruta. Sus pies conocieron palmo a palmo el camino hacia la cúspide, la arena, las hierbas secas, las flores que quizá emergían entre las grietas de la montaña… 

El todo y la parte fueron uno para él. Su atención puesta sólo en los músculos tensos, en la fuerza exacta, en la respiración correcta, en el camino de ida, en las gotas de traspiración que recorrían su cuerpo y en la belleza del sonido ensordecedor del regreso.

¡Cuántas veces buscamos respuestas complejas de las formas más intrincadas posibles! Seguramente te has preguntado alguna vez: ¿Por qué a mí?, o ¿Cuál es la Verdad?, ¿Qué vine a hacer en esta vida?, ¿Cuándo terminará esto o aquello?... Seguramente lo has hecho… Y mientras buscabas en la intelectualidad, en libros, en gurús, olvidaste las pequeñas señales del camino. Cada pequeño acto vivido como el Gran Acto. Cada pequeño, tedioso, rutinario trabajo, como el Gran Trabajo, en donde podrías poner toda tu atención, toda tu alma, todo tu amor, todo tu cuerpo.
¿Puedes imaginarte un mundo, o una ciudad, o un pequeño barrio en donde cada uno haga lo suyo de esta manera, con esta pasión, con este desapego?

¿Has buscado el Paraíso, la felicidad, la paz interior? Mira: ahí en lo más sencillo estaba la respuesta. Observa a Sísifo y siente su pasión. Pon tu pasión en lo próximo que hagas y observa el resultado. El desierto, la montaña y la pesada  roca serán ante tus ojos, el más bello lugar, y tu tarea, la mejor: la que empiece a cambiar el mundo.